A toda vela
lunes, 9 de mayo de 2011
Juan Merediz y Fran Palacio zarparon pasada la medianoche de Wellington, tras semanas de intenso trabajo en la capital neocelandesa, primero para reparar el mástil roto el 1 de marzo en el mar de Tasmania, y luego esperando a que la tormenta tropical Bune, que finalmente se convertía en un ciclón, les dejara
viernes, 1 de abril de 2011
jueves, 3 de marzo de 2011
Barco
Por fin salimos del Golfo de Valencia. Fueron complicadas tantas horas a tan
poca velocidad, sabiendo que nos seguían sacando millas por tierra. Ahora
toca remontar. El barco está bien, con cosillas que vamos retocando, pero
bien. Nosotros mejor, sin duda.
cetral Lechera Asturiana
El Central Lechera Asturiana ha desarbolado esta tarde en el mar de Tasmania, cuando navegaba rumbo al cabo Farewell, la punta noroeste de la isla Sur de Nueva Zelanda para abordar la travesía del estrecho de Cook. Los dos patrones, Juan Merediz y Fran Palacio, se encuentran en perfectas condiciones. “Afortunadamente no ha habido daños personales de ningún tipo. Tanto Fran como yo estamos bien”, ha asegurado Merediz en una breve comunicación telefónica con su equipo.
En el momento de la rotura, a las 7.15 de la tarde hora española, el barco tenía un viento de 20-22 nudos y se encontraba en 40º32.34 Sur y 168°16.98 E, a unas 160 millas del cabo Farewell y 290 de Wellington, con un viento de 20-22 nudos y mucha mar cruzada.
El barco avanza hacia el cabo Farewell, la punta norte de la isla Sur de Nueva Zelanda, a una media de entre 7 y 8 nudos. A las 7 de la mañana (hora española), se encontraba a 80 millas de este cabo y a 160 de Wellington, puerto al que se dirige para evaluar daños. Merediz y Palacio navegan con la trinqueta de viento y dos rizos en la mayor.
“Hemos disfrutado de cada milla de esta regata”, ha declarado Juan al comentar los diversos incidentes que han sufrido. Cabe recordar que, además del gran esfuerzo realizado antes de la salida de Barcelona para instalar un nuevo palo, el Central Lechera Asturiana tuvo que entrar en Ciudad del Cabo para reponer un manguito del sistema hidráulico de su quilla, lo que les hizo perder contacto momentáneamente con los barcos con los que estaba compitiendo.